30 ago 2013

PROFESIONALES O GENTE CON OFICIO?.


(Las aptitudes de cualquier trabajador habrían de ser documentadas)


Sin merma alguna de respeto a todo aquél que se dedica a la política y ejerce como profesión en cualquier área de la administración pública, es decir, al funcionario que hace bien su trabajo y no repara en el tiempo invertido, ni ahorra esfuerzo para realizarlo, (a quién por exigencias del cargo cumple con su obligación me refiero) este espacio lo quisiera inclinar hacia al considerable número de esos otros funcionarios públicos que tan feo ejemplo están dando respecto a la ligereza e irresponsabilidad con que manipulan o adulteran casi todo lo que tocan, el reconocimiento que merecen éstos "servidores de la cosa pública", en opinión de éste humilde mortal es CERO.  Y que no nos vengan con el cuento de "si los de derechas son mejores o peores que los de izquierdas". . .  "que los que llegamos tenemos que apechugar con los problemas que generaron los que se fueron" . . . etc.  Ya que solo recurriendo a la hemeroteca,  encontraríamos material suficiente para tapar la boca a quién intentara utilizar ese tipo de excusas, amparándose en unas simples siglas y un puñado de votos.

Dias pasados,  reflexionando sobre si la política es, o debería ser, profesión u oficio, miré en mi pequeño diccionario de sinónimos y anoto unas cuantas profesiones, acompañadas de la descripción de algunas especialidades que las conforman. Por ejemplo:

Arquitectura.-    Construcción, diseño, urbanismo.
Enología.-    Vinificación de los mostos, fermentación.
Escultura.-    Cincelado, talla, imaginería.
Fotografía.-    Retrato, foto, imagen.
Medicina.-     Anatomía, fisiología, cirugía.
Sastrería.-     Costura, corte, confección.

Oficios todos ellos que, como poco, han precisado años de aprendizaje o estudios (o las dos cosas) por parte de sus titulares, para ejercer la profesión con autoridad y sobre todo con suficiencia.

La Política,  que es el oficio que motiva este espacio, veo que también tiene sus áreas o ramas de especialidad como son: Dirigente, mandatario, astuto, a las que podría añadirse las de: Charlatán, embaucador y cuentista, sin que éstos hayan de pasar necesariamente por escuela alguna y menos por la Universidad.  Y curiosamente, por no utilizar otra expresión, puede comprobarse que a unos se les exige el título correspondiente  para emplearse mientras el político, por el solo hecho de haber formado parte de la lista ganadora en las elecciones, al margen de que los ciudadanos le conozcan o no, tiene empleo asegurado durante unos años.  Es gente que se lo monta de tal manera, que careciendo de conocimientos acerca de la tarea asignada, se aseguran - insisto - un porvenir que para sí quisieran los que tienen que trabajar  honradamente mas de tres décadas, para tener derecho a una jubilación contributiva ¡ojo! y en muchos casos de auténtica miseria.

Quién se considere "profesional de la política" para que su trabajo tuviese valor de representación habría de exigírsele formación suficiente para ejercerlo, aportando la documentación que corresponda y acredite su especialidad en cada caso.  Pues no debería bastar con serle fiel al líder, ni empecinarse en unos ideales determinados (eso puede ser cambiante) ni siquiera con demostrar habilidad dialéctica para disfrazar malas intenciones con el único fin de favorecerse, a sabiendas de que tal palabrería no tiene otro significado que el del oportunismo.
Veamos, si no, unos ejemplos:

"Puedo prometer y prometo" - decía uno -.   "Crearemos 800.000 puestos de trabajo" - prometía otro -.  "La vivienda tiene los precios altos, porque la gente tiene dinero y los paga" - se oyó decir a un tercero -.  "Entré en política para forrarme" - a éste solo le faltó decir que "en gracia de dios" -.   "Si ganamos las elecciones, lo primero será crear 3. 500. 000 de puestos de trabajo" - quien dijo esto, él mismo se reía su chiste -.   Y todo esto se dice en voz alta  porque la mayoría de los ciudadanos - al parecer - estamos bajo los efectos de no se qué tipo de anestesia y nos da igual.  Y ya se sabe<;  "Quién no siente no padece"  que diría aquél.

Y todo esto ocurre con un gobierno apoyado y ardorosamente jaleado en el Parlamento, por la mayoría de los señores Diputados.  Gobierno que manipula y dispone a su antojo lo que le viene en gana, sin sentir vergüenza torera aunque no deje de incumplir todo lo prometido en campaña electoral y esté "jodiendo" a los sectores mas desprotegidos, como diría "su señoría" Fabra, castellonense para mas señas.














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