10 mar 2012

El oficio de la política

Sin merma alguna de respeto a todo aquél que ejerce en cualquier área de la administración pública, aquél que no repara en tiempo invertido ni en esfuerzo cuando es preciso (algunos jueces trabajando hasta el agotamiento podrían servir de ejemplo) hay que admitir que a gran parte de los ciudadanos nos parezca que no todos ni siempre cumplen el compromiso adquirido con quién les paga, con sus patronos, los contribuyentes.
Sobre todo, al dirigente político debería exigírsele formación profesional para cumplir tan sagrado deber igual que ocurre con los titulados en otros oficios. Aportando la documentación que lo acredite y corresponda en cada caso. Pues no debería bastar con ser fiel a unos ideales, que puede ser algo circunstancial, ni con demostrar habilidad dialéctica para disfrazar intencionadamente proyectos irrealizables, con el único fin de "barrer" al contrario, sabiendo que esa palabrería malsana no tiene otro mérito que el del oportunismo.
Veamos si no: ¿Qué sentido tiene prometer crear 3.500.000 puestos de trabajo en un solo año (González Pons) si su partido ganaba las elecciones?. Menos mal que este señor ríe siempre que habla y casi todo lo que dice aparenta ser broma. Y aunque ahora resulte extraño, una vez llegado al poder parece que este señor ríe poco y se le ve menos. Y tampoco creo que ahora, siendo parte del gobierno, sienta "vergüenza torera" por haber prometido lo inalcanzable.
En esa misma línea, el Gobierno actual nos anuncia que "no permitirá a nadie que gaste mas de lo que ingresa, incluso que sancionará a quién lo haga". Los ciudadanos mas ingenuos pensarán que se refiere a los económicamente fuertes, especuladores insaciables, estafadores a la hacienda pública, etc. Pero cómo van a sancionar a quién cobra cientos de miles de euros al mes, si les faltará tiempo para gastárselos aunque quisieran?. Y a las Comunidades Autonómicas y Ayuntamientos, como mandan casi los mismos que en el Gobierno central, con ligeros advertidos cumplen.

Los políticos, al margen del cargo que ocupen, hay que reconocer que son seres humanos que sienten y padecen cómo los demás mortales. De ahí que el Presidente M. Rajoy, refiriéndose a la muerte de don Manuel Fraga, emocionado dijera: España ha perdido un verdadero "hombre de Estado", a la vez que un "político irrepetible". No se si consciente, o no, de que todos los que hemos visto por televisión los homenajes que le ha tributado su partido y sus amigos del alma, entendemos que ese discurso se hace para quedar bien. Pues los que aún quedamos de la generación de don Manuel y posteriores, imaginando su Curriculum Vitae desde que militara (si es que lo hizo) en las "Juventudes Nacinal-Católico-Falangistas hasta el fin de sus días, lo que se entiende por "hombre de estado" creemos que mejor que sea la Historia quién le otorgue ese mérito, si es que lo tuvo.
Y respecto de "político irrepetible", aunque haya quién dude que pueda haber otro político igual, mas vale que el señor Rajoy tenga razón. Pues para el grueso de la ciudadanía, para las gentes sencillas y humildes, que e. p. d. el señor Fraga y amén. Él también dejó frases irrepetibles como por ejemplo: "La calle es mía" , "No tolero que usted (refiriéndose al informador que le entrevistaba) quiera darme lecciones de nada"....
Quizás que el señor Rajoy le haya creído un ser "irrepetible" por su fuerte temperamento y su manifiesta prepotencia. Allá el.






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