27 mar 2010

Cosas del "agüelo"

Tenemos un nieto que cursa sus estudios en la Universidad, y como a la salida de clase le coge de paso pasar por casa, al estar solos los dos, algunos días viene a comer con nosotros por hacernos compañía unas horas y por que le encanta cualquier comida que haga su Yaya (lo de cualquier comida es un decir, por que ella hace lo que sabe que le gusta a su nieto) . Él dice que aunque sea un plato de verdura, sopa de pasta, arroz con garbanzos, carne, pescado, las comidas que hace su Yaya son todas "guisos de concurso". Debe de ser -creemos- que al ser ella quién se encargara los primeros años de llevarlo y traerlo al "Cole" (sus padres trabajando los dos) de preparare la comida, el bocadillo, de complacerle en sus caprichos y darle mimos desde muy niño, ahora, de mayor, sienta verdadera adoración por su Yaya y es comprensible. A mí me quiere también y seguro que mucho, por que sabe que el gusto de tenerlo con nosotros ha sido un gusto compartido por los dos, pero la confianza no debería ser la misma cuando si algún día íba yo a recogerlo al colegio, por que su abuela no podía ir, al verme, antes de darme el beso y decirme hola yayo, me preguntaba;
-¿Y la Yaya, por qué no viene?.
No te preocupes, que a la Yaya no le pasa nada -le decía para tranquilizarle-. Nos cogíamos de la mano y tan felices los dos.
Ahora se le comenta, entre otras anécdotas parecidas, y le da la risa. Lo más que dice es:
-¡Qué crueles somos de niños!, perdona Yayo. Y acabamos riendo todos.
Lo que haya de pasar de ahora en adelante, quién lo sabe?. Pero es verdad que a nuestro nieto, hasta aquí, lo hemos disfrutado a tope.
Hoy no se me ha ocurrido otra cosa.
Saludos.
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