28 ene 2010

Cuestión de compromiso

Cuando los seres humanos, en particular los cristianos, dejamos de existir - solo físicamente según nuestra santa madre iglesia- acostumbra a pedirse perdón a dios por los pecados que el muerto haya cometido en esta vida y eso está bién. Y dios pedirá (bueno, él puede exigirlo) que se nos perdonen las deudas que hayamos contraido con nuestros semejantes mientras vivimos y tampoco me parece mal. Pues de lo que se trata es hacer el traslado en paz al otro mundo.
Personalmente, de mis cuentas con los "pecados" no se cómo ando, seguramente estoy en números rojos, pero creo que no son muchos, ni graves, ¡menos aun mortales! y que la mayoría se deben a mi ingenuidad, a mi marcada timidéz, a mi escasa formación religiosa, (...) y espero que se me otorgue alguna consideración, divina y humana me da igual, a la hora de tener que rendir cuentas.
Otra cosa será cómo hacer para saldar deudas con mis semejantes. Son tantos, tan variados y tan importantes, los favores recibidos que me faltará tiempo - me temo- para compensarlo, por mucha voluntad y empeño que ponga en ello. Un solo ejemplo: En las clases de erigmofonía para laringectomizados, los asistentes a ellas, incluso familiares que les acompañaban, que son muchos, me agradecían que les enseñase cómo "alumbrar" una nueva voz sin laringe similar a la mia, sin imaginarse el inmenso favor que me estaban haciendo ellos, al creerme parte esencial de la solución al problema de cada uno. ¿Con qué puede pagarse tan buena fe y tanta confianza? yo creo que moriré sin saberlo.
Pero poco importa, si mi ignorancia hace que hasta el final viva tranquilo.
Saludos sinceros
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